11.30.2007

Dic/2007 Vicente Ugarte del Pino


Mi abuelo sobrevivió y siguió su carrera bajo las órdenes de Bolognesi. Yo no lo conocí. Murió joven a consecuencia de la guerra; no por una bala sino por los riñones, porque tomaban hasta orines de burro en el desierto de Tarapacá, no había ni agua. Fue bravísimo”.

Barranco

Vicente Ugarte del Pino muestra, orgulloso, los documentos donde se reconoce el valor de su abuelo, que guarda en la biblioteca de su casa en el jirón Ayacucho. Y corrige: “Calle Batallón Tercero de Ayacucho. Le pusieron ese nombre en honor al batallón al que perteneció mi abuelo, que vivió acá”.

La casa está cargada de historia y también el distrito donde don Vicente reside desde que tenía siete años.
“La gente venía a caballo desde Lima y por eso querían caminos con sombra. La avenida Pedro de Osma era el último retazo del camino y ahí sembraron los ficus que trajeron los españoles de Asia, no sé si de India o de China. Tenían su acequia al pie. Esos ficus son monumentos históricos y lo más pintoresco que tiene Barranco. Deberían cuidarlos y no botarlos”.